Con esto de la crisis de la deuda, llevo meses escuchando a personas tratando de interpretar el comportamiento de mercados e inversores.
Los mercados no están satisfechos con tal o cual dimisión, cambio, reconfiguración o medida, los mercados necesitan más, los mercados se van a enfadar, los mercados no están entendiendo nuestras acciones a medio plazo, los mercados ya lo habían descontado, los inversores especulan con nuestra deuda, nos están vigilando, saben cuáles de las medidas adoptadas podemos o no cumplir….
Algunos, muchos, me recuerdan a los sacerdotes de diferentes religiones tratando de interpretar y aplacar la cólera de esos dioses, los mercados, que tienen un poder absoluto sobre nuestro presente y futuro. En un libro magnífico sobre la sostenibilidad, Colapso (Jarred Diamond Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed.) relata cómo los habitantes de la Isla de Pascua dilapidaban sus pocos recursos naturales tratando de construir estatuas cada vez más deprisa y compitiendo entre ellos para agradar a estos “dioses”.
Si nos dedicáramos a trabajar, administrar nuestros recursos y a buscar formas de ampliar y mantener los vínculos y enlaces que nos garanticen la conexión comercial, política, financiera…Tendremos más posibilidades, ayudándonos nosotros, de que nos ayuden los dioses…je.
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